Un vasto ejército de pinares vigila la Serranía de Cuenca, probablemente unos de los más extensos y mejor conservados de nuestra geografía. Como su nombre indica, la Serranía de Cuenca no alberga elevadas cumbres, sino una buena cadena de riscos montañosos, denominados «Muelas» que limitan el curso de sus ríos, el Escabas, el Cuervo y el Júcar, creando la «Hoces» y escarpan sus paisajes con los conocidos «Cañones«.

En la Serranía de Cuenca encontramos lugares tan espectaculares como el Nacimiento del Río Cuervo cerca de Tragacete, o la Ciudad Encantada, que da alas a nuestra imaginación con las diversas figuras que la erosión del agua y el viento ha esculpido en su superficie calcárea.

De obligada visita son Las Majadas y la Sierra de Valdemeca, donde el paisaje se torna más abrupto.

Localidades con tanta historia como Cañete, con su castillo y su tradicional Alvarada, en honor a Don Álvaro de Luna, o la propia capital, Cuenca, declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad, con sus Casas Colgadas o su espectacular Semana Santa.

Así, entre hordas de pinos, robles y encinas conviven en la Serranía de Cuenca ciervos y cabras montesas con tejones y nutrias, bajo la aérea vigilancia de buitres leonados y águilas reales, o mirlos acuáticos que no pierden de vista las truchas que surcan las aguas de sus ríos. La flora y la fauna de estos parajes es enormemente rica

Casa Checa, alojamiento rural en Cuenca

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